Capitulo 41
Siguen las dudas en este capitulo, donde a partir de la muerte de Cristo surge otra gran pregunta: ¿cómo pudo Dios permitir la muerte de su hijo, Jesús? El evangelio responde: “para el perdón de los pecados”. Nietzsche se pregunta cómo pudieron contestar con semejante barbaridad, típica, solamente, de bárbaros.
Surge también otra duda: la resurrección. Dice Nietzsche que aquí inventa el evangelio una de sus más grandes mentiras...
Capitulo 42
En este capitulo el autor vuelve a comparar aquí el budismo y el cristianismo. Dice de ambas religiones que el budismo no promete, sino cumple, mientras que el cristianismo promete muchas cosas pero no cumple ninguna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario